La Gran Depresión no fue fácil para ningún fabricante de automóviles, pero una marca de lujo independiente como Packard tuvo que jugar bien sus cartas para sobrevivir. El One Twenty de 1935 le valió a Packard una suspensión de ejecución, lo que le permitió aportar algo de sabor a la clase media. Dos años más tarde, el Packard Six llevó la marca a un mercado aún más bajo. El jurado aún no ha decidido si los Packard junior perjudicaron a la marca, pero no hay duda de que la ayudaron a sobrevivir a la Gran Depresión. El Clipper de 1941 fue su siguiente paso –el coche de lujo moderno–, pero la Segunda Guerra Mundial interrumpió el impulso de Packard. Con el rediseño de Packard en 1948, quedó claro que la marca perdió su posición como el principal coche de lujo de Estados Unidos. Había que hacer algo. En respuesta, Packard desarrolló algunos ejercicios de diseño a principios de los años 50 para captar la atención del público y mejorar la imagen de la marca. El constructor de este coche, con sede en California y operador de numerosos concesionarios de coches, estuvo en el Paris Retromobile de 1996 y encontró algunos renders de un Packard "Pininfarina GT" fastback de los años 50. Compró los renders y, posteriormente, se hizo amigo del escultor de madera Peter Portugal. Decidieron intentar construir un techo rígido retráctil para dos pasajeros basado en el diseño ganador de un concurso patrocinado por la revista Saga (el Pininfarina GT vendría más tarde). Peter empezó con un chasis de un Packard descapotable de 1951 y luego utilizó el plano de un sedán de 1951. Seccionó la carrocería tres pulgadas, movió el parabrisas hacia atrás cuatro pulgadas y acortó la tapa del maletero (que en realidad era el capó girado hacia atrás) siete pulgadas. Después fabricó la capota retráctil completa y el mecanismo, incluida una capota de plexiglás. Bajo el capó, un motor de ocho cilindros en línea 327 de serie y una transmisión Ultramatic le dan a este Phantom único su empuje. Ofrecido por un destacado coleccionista de Texas, este magnífico "qué pasaría si..." con una artesanía impecable es la máxima expresión de una marca orgullosa cuya voluntad y talento solo fueron superados por su falta de finanzas.
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